Rojo y negro (Le rouge et le noir) fue escrita a mediados de noviembre de 1830. Esta novela, cuyo título se ha interpretado diversamente como las armas y la Iglesia, o como el azar de la ruleta.
Un obra que marca un antes y un después. Marca un nuevo horizonte en el panorama novelístico, marca una nueva etapa en el panorama romántico, y marca una nueva etapa en el tratamiento histórico, con la caída de Napoleón, -al que Stendhal le otorga y le da un tratamiento de divinidad. –y la famosa restauración de la sociedad francesa, uno de los temas principales de esta obra.
Una novela que no sólo habla de las pasiones humanas, sino de la lucha contínua que el ser humano realiza para encontrar y salvaguardar su sitio en una sociedad superficial y egoísta. Un elogio al poder y la autonomía del individuo, y una aguda crítica a la sociedad burguesa de la época. Así Stendhal caracteriza a la obra de dos funciones. Por un lado, la parte didáctica o moralizante, es decir, aquella parte que nos muestra la importancia de la superación y desarrollo del individuo como principal fin del ser humano-encabezado por el personaje de Julián- Por otra parte, la crítica a la superficialidad y el egoísmo extremo de aquellos que se acomodan y no se esfuerzan por satisfacer ni sus necesidades ni las de la comunidad a la que pertenecen,-la burguesía-. Clase repudiada por Stendhal y en este caso, por el protagonista, Julián. Stendhal los describe de manera fría, superficial como seres sin escrúpulos ni dignidad-, esto se observa muy bien en el personaje del alcalde de Verrières, Monsieur de Renal-. Al que describe ya en el inicio de la obra de la siguiente manera sarcástica.<< Viste traje gris, y grises son sus cabellos. Es cofrade de varias Órdenes, frente alta, nariz aguileña y facciones regulares. Su expresión en conjunto es agradable y hasta simpática, dentro de lo que cabe a los cuarenta y ocho o cincuenta años; pero si el viajero hace un examen detenido de su persona, hallará, a la par que ese aire típico de dignidad de los alcaldes de pueblo y esa expresión de endiosamiento y de suficiencia, un no sé qué indefinido síntoma de pobreza de talento y de estrechez de mentalidad, y terminará por pensar que las únicas pruebas de inteligencia que ha dado o es capaz de dar el alcalde, consisten en hacerse pagar con puntualidad y exactitud lo que le deben, y en no pagar, o retardar todo lo posible el pago de lo que él debe a los demás >>.
La obra, encabeza como protagonista principal al joven Julián Sorel, principal representante de esa lucha del ser humano, de esas ansias de superación y obtención de metas. Un personaje evolutivo, que va madurando, adquiriendo experiencia y sabiduría a medida que se desarrolla la obra. Un personaje con enormes pasiones y enormes conocimientos, un personaje al que Stendhal ofrece un tratamiento heroico, un héroe de a pie, que lucha, siente, ama y conquista sus metas. Un héroe que vive como tal y muere como tal.
En esta comparación heroica se puede observar cómo y de qué forma el autor plasma ese anhelo por volver al espíritu de valor y heroicidad propias del período napoleónico. Este flashback napoleónico está muy presente en los ideales de Stendhal y a lo largo de todo la obra.
Una obra multidimensional, ya que trata temas históricos, temas pasionales, temas sociales y temas psicológicos- análisis del carácter de los personajes, mediante el cual describe y crítica las nuevas clase sociales surgidas de la restauración, entre ellas y como principal objetivo de crítica: La aristocracia.
El análisis psicológico y con él , la crítica social a la verdadera realidad, son dos de los rasgos fundamentales y descriptivos del estilo literario del autor.
Como se ha señalado a lo largo de esta exposición, esta obra pertenece al segundo período del romanticismo, aquel que abarca desde el Congreso de Viena en 1815 a la revolución en París de 1830. Stendhal fue uno de los máximos representantes de este romanticismo tardío.
Un período que a diferencia del primer movimiento- más programático y teórico-, estuvo influenciado y caracterizado por la literatura, es decir, se hablaría de una << conciencia romántica>>- así lo calificó el propio Stendhal.
En esta obra se encuentran algunos de los aspectos que destacan en la estética de esta etapa- exaltación de los sentimientos nacionales y religiosos, redescubrimiento de la Edad Media- y cada uno de estos rasgos se observan en los diversos personajes de la novela, pero sobre todo en Julián- fiel representación de Stendhal-. Numerosos críticos han establecido que realmente Julián es el propio Stendhal, es decir, que mediante el personaje de Julián, lo que el lector observa es al verdadero Stendhal. Y esto se puede observar en esa crítica ácida e irónica que realiza el personaje de Julián, y que realmente es el vivo reflejo del autor- fusión de vida y de obra-. En esa exaltación de tiempos pasados, de tiempos napoleónicos. Ese afán por el emperador se observa en Julián, quién idealiza al emperador no sólo como un héroe, ni como un conquistador, sino como una verdadera divinidad . Y esta es la clave de Stendhal, ya que es característico ese estilo seco, anatómico, basado en el código civil napoleónico. - potencialización de los caracteres nacionalistas-.
En referencia a los sentimientos religiosos, observamos a Julian que es mediante la religión cuando logra huir de la realidad mediocre en la que se encontraba(la vida en Vèrrieres)- el catolicismo como gran idea medieval-.
Además de ello cabe analizar esa minuciosidad, esa precisión en los detalles “détails exacte” (detalles exactos), así lo denominaba el mismo autor. Dicha exactitud, no sólo la encontramos en los personajes, sino en la fiel descripción del paisaje- por ejemplo, la descripción de Vèrrieres que se muestra al inicio de la obra, la descripción del seminario en Besançon- cada una de ellas es un cuadro paisajístico cuidado en las formas y en el tratamiento. Esta fusión entre pintura y literatura-mezcla de géneros- es una de las características más llamativas del romanticismo y que Stendhal domina con gran virtuosidad, ya que cada palabra, cada frase, es una pincelada que moldea y conforma ese paisaje romántico, en el que predomina la niebla y el aura se vuelve gélida pero cálida a la vez, es lo que él mismo denominó << La pintura por la imaginación del espectador.
Un paisaje que aterra, que conmociona, pero que fascina y maravilla a la vez- exaltación de la naturaleza-. Una vista que invita a la contemplación, pero sobre todo a la reflexión. Un paisaje que incita y estimula el subconsciente. De esta forma, Stendhal intenta acercar la naturaleza al ser humano- como hiciera Friederich en cada uno de sus cuadros-, Y no sólo acerca al lector esa naturaleza frágil e inestable, tan propia del romanticismo, lo que más destaca a lo largo de la novela es ese peculiar tratamiento, trágico y profundo a la vez, sobre las pasiones humanas- Sensibilidad y pasión-. Porque el romanticismo recupera y destierra las pasiones y la sensibilidad humana que fueron enterradas con el racionalismo ilustrado. Esa pasión intensa, excesiva, incontrolable, se observa en esos inicios del romance entre Julián y la señora de Renal. Cuando Julián no controlaba su ser ni sus actos porque el sentimiento predominaba ante la razón – principal rasgo del espíritu romántico-.
Ese despego inhumano con que presenta Stendhal las terribles pasiones del amor y poder, que destruyen y reconstruyen a sus personajes, tiene también un aspecto de despego social: odia a la aristocracia-. Este es uno de los principales factores de la modernidad estética, ya que la modernidad es concebida no como un momento histórico- característico en la historia hasta el siglo XVIII-, sino como un concepto estético. Dicha modernidad tiene su origen con las actitudes antiburguesas, y muestra de ello lo encontramos a lo largo de toda la obra. Es decir, Stendhal rechazala idea burguesa de modernidad así como los valores de dicha clase, ya que los considera artificiales e hipócritas, y defiende una modernidad cultural, basada en la expansión de las pasiones y sentimientos humanos.
Esta modernidad cultural en contraposición con la modernidad histórica (burguesa) también se observa en su imagen de Napoleón, que él conserva como recuerdo de su juventud ilusionada y como símbolo. Así describía Stendhal su propia concepción del emperador: << El amor por Napoleón es la única pasión que me ha quedado, lo que no me impide ver los defectos de su espíritu y las miserables debilidades que se le pueden reprochar>>
Una visión contradictoria, sin lugar a dudas, pero la contradicción, el antagonismo entre amor, odio, naturaleza y espíritu, es algo característico del estilo del autor y a lo largo de la obra se expresa con uno de los recursos más empleados por Stendhal, la ironía. La ironía romántica es una de las técnicas más empleadas en este período. Con ella, el autor no sólo transmite la duda e inseguridad que él siente al lector, sino que además era el medio mediante el cual se expresaba la angustia y el desencanto romántico ante la ausencia y la pérdida de la unidad, además es el medio mediante el cual los románticos asumían la conciencia de sí mismos y de sus limitaciones. La ironía fusiona humor y seriedad,; << El talento y el genio pierden el veinticinco por ciento de su valor al desembarcar en Inglaterra>>, frase que cita Julian al desembarcar en Inglaterra.
Además de lo señalado anteriormente, la ironía en el estilo de Stendhal, posee otra función: La ironía como crítica y ridiculización hacia la aristocracia. Así, cuando Stendhal describe al señor de Renal lo caricaturiza y degrada por medio de la ironía,
<<Llega el alcalde adoptando los aires majestuosos y paternales en que solía envolverse cuando asistía a los matrimonios celebrados en la alcaldía>>.
Rojo y negro es una obra ecléctica, en ella no sólo converge los estilos propios del tratamiento novelístico, sino que Stendhal crea una perfecta obra multidimensional, es decir, que en la misma novela convergen diferentes estilos- histórico, poético, novelístico-. En las que en cada uno de ellos Stendhal domina y fusiona las diferentes perspectivas en una sola, es decir, que además de relatar la historia de superación personal de Julian, así como de los diversos amores del protagonista. Lo que realmente realiza Stendhal, es una fusión, una mezcla de los diversos géneros artísticos y los diversos estilos formales , literarios e incluso teatrales,-ideal de obra total-.
Así de esta manera aporta un dinamismo, una agilidad que capta la atención del lector.
La lección de Stendhal, lo que hace captar hoy día devotos apasionados, es, en definitiva, una lección de estilo, tenso, inteligente, analítico, a la vez que capaz de contradecirse en esas ideas que le excitan a escribir y de las que, según decía él mismo,<< necesitaba varios pies cúbicos al día, como el carbón para un barco de vapor>>. Él sabe que se terminaría el tiempo en que la literatura podía ser ingenua, sincera, sin que el alma hubiera de volver siempre sobre ella misma. Pero durante el período en el que él estuvo vigente, renovando y transformando la literatura- lo nuevo, lo actual es lo romántico- provocó no sólo un nuevo enfoque literario, sino un nuevo enfoque romántico. Ese apasionamiento romántico en la temática amorística, ese cuidado y esa agudeza en la caracterización de los personajes y de sus diálogos, ese espíritu contradictorio que luchaba contra la sociedad de la restauración, ese espíritu de lucha incansable, se encuentran en cada una de sus novelas. Novelas que rompen los límites del tiempo y del espacio, que buscan y abarcan numerosos temas. Novelas que buscaban conmocionar al lector con esos personajes que sienten, aman, sueñan y luchan como los principales y los verdaderos héroes. Porque lo que fascina, hipnotiza y seduce de Stendhal es ese tratamiento y esa evolución de simples personas a verdaderos héroes. Héroes con más principios, con más valor, con más honor que los héroes simples y divinizados por muchos. Porque ese anhelo y esa oda a la pureza del amor y a la importancia de los principios y valores humanos transforma a Stendhal, no sólo en uno de los escritores románticos más admirados, sino también en uno de los defensores y luchadores por la honradez y dignidad de las personas. Esto lo consigue defendiendo el amor más puro, más sensible, el amor más pasional, el amor que lucha y vence ante las nocivas superficialidades de la tediosa rutina.
Las obras de Stendhal reflejan ese constante espíritu de cambio y renovación estética, en el cual el artista es el especialista en captar y percatarse de lo actual, de lo nuevo, es decir, de lo romántico. Y así lo realizó en cada una de sus obras, porque como bien dijo él mismo y no se podría decir de otra forma:
<<Las novelas son espejos que pasean por la vía pública, que tan pronto reflejan el purísimo azul del cielo, como el cieno de los lodazales>>