lunes, 5 de julio de 2010

Tempus fugit

Toda acción tiene un antes y un después, un principio y un fin y hay que ver de qué manera se llega a ese temido pero a la vez esperado fin.
Se darán cuenta de que estamos mal acostumbrados a sostener y a intentar que todo perdure y dure para siempre pero lamentablemente , la realidad es otra.
Parece que todo tenga fecha de caducidad, que haya una especie de tiempo límite para poder hacer y desarrollar las cosas.
Desde el inicio de los estudios hasta el inicio del trabajo o el cambio de vida. Desde el comienzo de las relaciones personales hasta el fin de éstas. Desde unas inquietudes a otras , otras en las que no se pensaría poder alcanzar. Desde una visión de los hechos a otra completamente diversa a la que se tenía.
¿Y todo esto cómo ocurre? Ocurre por el paso y la evolución de las personas, y es en este proceso de cambio donde actúa e influye el tiempo.
Todo está regido por él, por ese omnipotente poderoso y a la vez inquieto factor temporal. El que nos hace bailar conforme el ritmo que marca, el que nos modifica la visión o percepción de las cosas, el que nos establece y desestablece principios y creencias.
Y todo esto se sabe, se sabe que todo lo que comienza acaba pero un gran número de personas buscan que esto no ocurra , para ello se refugian en un idealismo simple que en gran parte de las ocasiones provoca una evasión de lo que de verdad pasa. Pero ya sabe lo que dicen, que de sueños también se vive. Aunque hay veces que es mejor no despertar, porque los sueños son irreales y como tales, se desvanecen.

1 comentario:

wofusa dijo...

Es un consuelo saber que las personas cambian, aunque por otro lado, que algunas circunstancias tengan que llegar a su fin a veces es demasiado duro.
Estoy segura, o al menos no quiero dejar de pensar que mejores tiempos vendrán