miércoles, 23 de febrero de 2011

¿Qué sabemos acerca de Europa?

Hablar de Europa parece sencillo, pero no lo es en absoluto.
Esto es así, porque a lo largo de todo el proceso de formación de la unión e identidad europea han existido y existen numerosas ideas confusas, imprecisas,  erróneas sobre Europa y los fundamentos sobre los cuales  se asienta.  Así es que , sabemos y no sabemos nada. Esta afirmación puede parecer un tanto contradictoria, paradójica, pero no es así. Creemos saber todos los mecanismos y toda la historia que ha influido en la creación de este continente, pero ¿de verdad conocemos el origen y evolución de Europa?. La respuesta es no.  No podemos defender con exactitud qué es y en qué consiste Europa porque hay una profunda confusión sobre  su origen y formación. Por un lado se encuentra la explicación que describe y define a Europa como una unión económica que comenzó con el carbón y el acero (CECA) , después la energía nuclear(EURATOM). ¿Pero es realmente este el principal factor que permitió la creación de dicha unión?. Ésta es tan sólo una parte de la historia europea que ha predominado y se ha expandido de generación en generación. Fíjense que cuando hablamos de UE, automáticamente se nos viene a la mente la concepción de Unión Económica Europea, (CEE)aspecto que caracteriza dicha unión pero que no es el prioritario.Se debe tener en cuenta esta visión- visión económica- pero Europa es mucho más que una simple unión de Estados-nación que protegen sus intereses y las del resto de su comunidad. Europa es una nación de naciones, y como tal se caracteriza por el pluralismo, la diversidad y la doctrina de progreso. Un progreso que comienza con la brillante corriente ilustrada, con esa luz de la razón frente a la oscuridad del Medievo. Es precisamente este período histórico el fundamental, y principal en la historia y desarrollo de Europa. Señalo esto porque, es con la Ilustración cuando el individuo comienza a tener en cuenta y desarrollar su espíritu y capacidad crítica por medio de la razón. Ésta es la verdadera creadora, es la que posibilita la expansión y la evolución del individuo, es la que da paso a la modernidad. La corriente ilustrada se inicia en Francia y se expande alrededor de Europa. Se crea pues una nueva corriente que permite una mayor homogeneidad de valores e ideas, que comienza a dar las primeras pinceladas democráticas, defendiendo y expandiendo valores como la igualdad, la libertad, la justica. Es  precisamente este hecho la esencia, el cuerpo y la “identidad europea” como señala Aranguren en su artículo del mito a la unión europea. 
 Así pues ,encontramos un nuevo punto de vista, una nueva teoría acerca de la formación y desarrollo de Europa, una teoría filosófica, completamente diversa y distinta a la económica, defendida por numerosos autores. Y claro, uno piensa ¿qué valor tiene este punto de vista en el nacimiento de Europa? Pues un valor fundamental, ya que  la base de la sociedad europea reside en las ideas que la forman,  y éstas son: las ideas democráticas y progresistas que  responden tanto a la herencia que dejaron las antiguas generaciones como a las inquietudes y necesidades de las generaciones actuales, así como a  los verdaderos principios que conforman la ciudadanía europea. Por todo eso y con los tiempos que corren hay que combatir la enfermedad que está afectando a gran parte de la población europea: La desafección política. Ante esto, sólo hay un posible antídoto: defender y proteger más que nunca la importancia y la valía de la democracia, hay que mejorar ésta, hay que incrementar y descubrir nuevas formas políticas y de comunicación en las que el individuo adquiera el papel principal. Debemos cooperar e innovar en los modelos y temáticas educativas. Hay que divulgar la riqueza tanto cultural como social para que así el individuo se sienta parte de esta unión. Es decir, sólo se podrá  reforzar la unidad europea si ésta se  basa  en principios humanos, en principios sociales. Priorizar en una política social es la medida  para garantizar el crecimiento tanto de Europa como de los individuos que la forman, así lo  señala Alain Tourine  en su artículo Europa: Un modelo de sociedad. Si no se hace hincapié en el individuo como fin, seguiremos navegando en un mar de dudas y de incertidumbre que provocará un incremento y una escisión entre los individuos de los diversos países de la unión. O dicho de otra forma, la solución que se plantea para recuperar esa pérdida de la identidad, es investigar en nuevas fórmulas políticas, fórmulas que se respondan a la situación actual, a la diversidad y pluralidad de la sociedad. Fórmulas que se basen en el respeto y el intercambio cultural. Por ello hay que romper las barreras que limitan al sujeto, hay que aceptar y empaparse de las demás culturas, de las demás ideas, tenemos que dar un paso más allá y dar las mismas oportunidades tanto a las mayorías como las minorías- excluidas injustamente en los diversos ámbitos, tanto políticos como sociales- es nuestro deber y obligación invertir y mejorar en cultura, en valores.  Sólo así podremos hablar de una sociedad europea, de una sociedad libre, abierta, dinámica, que responderá  una fuerte y verdadera identidad europea. Una identidad que se asienta en dos pilares: La democracia y los derechos humanos. Unos derechos que han permitido el establecimiento y el impulso de los denominados Estados de Bienestar-gran mayoría de las naciones europeas- y cuyo origen se remonta al ya mencionado movimiento ilustrado y adquiere su forma completa en el S XX. Pues bien, este modelo de bienestar favorece la complementación tanto de los valores universales como de los valores propios de cada cultura, es decir, combina lo nacional- lo propio de cada territorio- con lo universal. Esta combinación es la que ha permitido el avance y la mejora en la  igualdad de oportunidades y de vida en todos y cada uno de los ciudadanos miembros de la unión europea. Un tipo de sistema que  como dice Victoria Camps en su artículo La identidad Europea  << Favorece el pluralismo, fruto de la mezcla de distintos pueblos y civilizaciones>> Porque no hay que olvidar, que la base de esta unión se origina en el poder y la variedad cultural, lingüística e ideológica de las diversas personas que participan y conforman Europa. Porque el error está en concebir a ésta como un modelo único y unitario, -propio de una ideología imperialista y obsoleta. Europa es una suma, una fusión de ideas, de valores, de ansias de progreso, de libertad y democracia. Europa se constituye por un conjunto de gentes  formada, preparada y eficiente.Gentes que dudan y cuestionan numerosos aspectos, incluso los propios al origen de la civilización occidental. Personas que luchan ante las desigualdades, ante la limitación cultural y el racismo, para ello buscan nuevas salidas, nuevas formas para mantener  y fortalecer la armonía y el equilibrio social. Así que , más que una unión de países, deberíamos hablar de una unión de individuos que mediante la tolerancia, la multiculturalidad, el  poder de su conocimiento y espíritu han proporcionado claridad al confuso y neblinoso concepto de identidad europea.
Tras los numerosos artículos leídos acerca de qué es, en qué consiste y sobre qué cimientos se construye la identidad europea, haré un último apunte y señalaré que todos y cada uno de los que formamos parte de esta unión debemos colaborar y facilitar en el desarrollo de las libertades, las cuales a su vez van ligadas con  el desarrollo de la principal meta del ser humano: La felicidad. Y digo esto y me viene a la mente  el principio utilitarista de J. S. Mill<< La mayor felicidad para el mayor número de personas es la que permitirá un determinado bien social>>, es decir, sólo podremos creer en Europa, si ésta responde, se relaciona y concuerda con la felicidad del mayor número. Así que mediante la concordia, la satisfacción y el cumplimiento de nuestras expectativas podremos hablar de una verdadera identidad europea. Parece algo complejo ya que somos muchos quienes formamos parte de esta unión, pero como dice el viejo refrán, Roma no se hizo en un día.

1 comentario:

Unknown dijo...

Interesante artículo, aunque discrepo un poco, y ya me salgo del tema en sí, cuando dices lo de "la oscuridad del medievo", porque no fue tan "oscuro" como se piensa. Pero era por poner alguna pega,jaja. Bravo!

Albert Landsknecht